Mateo 5:13: Vosotros
sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?
No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La predicación de las buenas nuevas del Evangelio produce vidas
cambiadas, pero nuestro Salvador quiere que eso también tenga como resultado familias
cambiadas. Y cuando el Evangelio cambia vidas, también debe resultar en comunidades
cambiadas. Y cambio en la filosofía educativa humanista por una centrada en
valores eternos. Y cambio en los principios, valores y relaciones en la esfera
económica. Y sociedades cambiadas. Y naciones cambiadas. Entonces, la pregunta
es ¿no debería “el evangelio” resultar también en cambios de gobierno? ¡Claro
que si!
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